En nuestra cultura y a lo largo de distintas generaciones, la figura de las abuelas ha tenido mucha importancia en la crianza de los niños en las familias. Que ellas participen en la educación de sus nietos tiene mucho sentido, en primer lugar porque al ser familiares directos de ellos, se favorece que exista un gran cariño desde el nacimiento de estos que ayuda a establecer un buen vínculo desde que son bebés. En segundo lugar porque tienen la experiencia de haber sido mamás.
Uno de los aspectos importantes a considerar es la razón por la cual las abuelas toman parte en la educación de los pequeños. Puede ser que su participación sea solicitada por los papás de los nietos, o que ellas sean quienes deseen formar parte en la crianza de estos y asumir las funciones de cuidadoras. En cualquier caso resulta fundamental para el bienestar de todos, y principalmente de los nietos, que la decisión sea consensuada y acordada entre los adultos.
Los principales conflictos que pueden surgir cuando las abuelas se hacen cargo de los nietos, aunque sea por unas cuantas horas a la semana, tienen que ver con los desacuerdos que existen entre los adultos, es decir entre las abuelas y los padres de los niños. Generalmente existen desacuerdos cuando alguna de las partes se siente tratada injustamente por la otra, o cuando alguno se toma atribuciones que el otro siente que no le corresponden.
Por ejemplo, las abuelas pueden sentirse molestas o incómodas si sienten que son utilizadas como nanas por sus hijos, es decir que recurren a ellas sólo “por conveniencia” cuando no hay quien se haga cargo de los nietos. En muchas ocasiones esto puede ser favorecido porque los padres (papás y mamás) de los nietos, pese a ser adultos independientes, siguen mantienendo relaciones de cierta dependencia respecto de ellas, de alguna manera siguen convencidos a nivel emocional de que sus mamás deben resolver por ellos sus necesidades, incluyendo en este caso, hacerse cargo de los nietos cuando sea necesario. Por supuesto, el sentimiento de las abuelas puede complementar la situación, puede que ellas mismas sientan o incluso favorezcan relaciones de dependencia respecto a sus hijos adultos, poniéndose a ellas mismas a disposición de ellos para cuidar a los nietos.
Sobre los acuerdos necesarios en cuanto al estilo de educación, las reglas y los permisos a los nietos, lo más importante es tener todo el tiempo en mente el bienestar de los pequeños, es nuestra función como adultos procurar las mejores condiciones posibles para que ellos crezcan y se desarrollen. Si bien la principal responsabilidad recae sobre los padres del niño, cuando la abuela forma parte de su educación también se vuelve responsable por ellos y también se vuelve su responsabilidad buscar el mejor ambiente posible para sus nietos.
Para que este ambiente funcione, es fundamental que todos aquellos adultos involucrados en la crianza, se pongan de acuerdo entre ellos, resuelvan sus conflictos personales y los que surjan entre adultos para que los niños no se sientan confundidos con mensajes o reglas contradictorias, o contrariados por sentir que deben elegir entre sus padres o abuelas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario