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Mtro. Alejandro Silva Antúnez

Psicólogo y Psicoanalista

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martes, 17 de septiembre de 2013

Identidad Nacional e Individual - ¿Qué es el malinchismo?

El término “malinchismo” suele utilizarse en México para describir a una persona con una marcada preferencia por lo extranjero sobre lo nacional. La palabra tiene su origen de la historia de La Malinche o Malintzin (en náhuatl), una mujer de la clase alta mexica, quien durante su infancia fue cedida como tributo a una comunidad maya de Tabasco. Tras la llegada de Hernán Cortés, le sirvió como traductora pues hablaba maya y náhuatl, además que con el tiempo aprendió castellano. Se dice que fue amante de Cortés y que tuvo un papel importante apoyando a los españoles durante la conquista, razón por la que ha sido catalogada como traidora de su pueblo.

Sin embargo, más allá de la historia del término, lo fundamental del “malinchismo” es la creencia de que algo es mejor por el simple hecho de ser extranjero. Esta creencia puede entenderse de dos maneras: la primera es la sobrevaloración de lo extranjero, y la segunda es el menosprecio por lo nacional. Digamos que son las dos caras de la misma moneda.

Es importante hacer la aclaración para poder distinguir entre lo que es “malinchismo” y lo que puede ser crítica hacia algo nacional, o admiración por algo extranjero. Si admiramos la puntualidad característica del transporte en Inglaterra, no somos malinchistas. Tampoco lo somos si criticamos la desorganización con la que funcionan algunas Instituciones nacionales. Malinchismo sería afirmar, más allá de toda duda, que lo mexicano es desorganizado (malo) por ser mexicano y lo inglés es puntual (bueno) por ser inglés. 

En el malinchismo, la preferencia por lo de fuera sobre lo interno se refiere a productos, actitudes y características de los países, es decir que tiene que ver con la identidad nacional. Sin embargo, quizá podamos entender un poco mejor el fenómeno si lo trasladamos a un contexto más limitado como puede ser la identidad personal, es decir a los productos (acciones), actitudes y características de una persona.

En el ámbito individual entenderíamos por “malinchista” a aquel que devalúa sus propias características  logros, esfuerzos, etc., por el simple hecho de ser suyos. Existen personas que por diferentes motivos, tienen una gran dificultad para reconocer sus éxitos, o tienden a juzgar estos logros como poco merecidos o insuficientes. 

En general son personas inseguras y dependientes, puesto que necesitan de la constante aprobación externa para sentirse reconocidas. En este caso encontraríamos a personas con tendencias depresivas, es decir propensas a sentirse tristes, frustradas, con una baja autoestima, con dificultades para encontrar placer en las actividades, etc. 

Otra cara del “malinchismo” en el plano individual, sería el presentado por aquellas personas que sufren de una envidia crónica, es decir que tienen el constante deseo de ser o tener lo que otros son o tienen por considerarlo mejor que lo que ellos mismos poseen como características. 

En este caso hallaríamos personas con características más narcisistas, es decir dificultad para tener empatía por los demás, con la sensación de un vacío interno que hace voltear hacia lo externo para buscar y conseguir cosas que aporten valor y tapen el vacío y minusvalía sentidos (por ejemplo dinero, apariencia, poder, etc.). 

El problema con este tipo de personas es que no construyen algo propio, sino que buscan quitarlo a los demás pasando por encima de ellos. No reconocen el esfuerzo que requieren las cosas, sino sólo el resultado, por lo que buscan los caminos más cortos para alcanzar lo que quieren sin considerar a otros. Lo único que les interesa es tapar y compensar su sensación de vacío.

Tampoco el primer grupo de personas (con tendencias depresivas) construyen algo propio, sino que suelen esperar que alguien más  haga las cosas por ellos, se ponen en manos de otros y esperan que sean los demás quienes les rescaten o resuelvan sus problemas. 

En ambos casos, el cambio sólo podría llegar a través de preguntarse y atreverse a afrontar los conflictos que se tienen, es decir haciéndose responsables por lo que cada uno de ellos, como personas, hacen, deciden, piensan o sienten. Sólo tomando esa responsabilidad puede dejar de evadirse, sólo así se puede dejar de culpar o envidiar a los demás por nuestro propio estado.

Analizando algunas características psicológicas de las personas que suelen valorar más lo ajeno por encima de lo propio, quizá podemos entender algunos de los conflictos que como nación tenemos. 

Entender así el “malinchismo” sería una forma de entender la baja autoestima de una nación como lo es México; si en verdad somos “malinchistas” quizá tenemos un problema de envidia y depresión como país que debemos resolver, y no será copiando o robando lo extranjero, ni devaluando nuestras capacidades e identidad, en espera de que alguien más resuelva nuestros pendientes que podremos avanzar, sino haciéndonos responsables por lo que nos sucede, aprendiendo de otros que están mejor, pero considerando los esfuerzos por ellos invertidos para obtener esos resultados.

Una versión breve del artículo fue publicada en el Portal salud180.com

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